El control topográfico es una técnica que se basa en la observación periódica de puntos de control. Su objetivo es controlar los posibles desplazamientos y deformaciones que puedan existir, ya sean estos movimientos provocados por el hombre o por la naturaleza.

El monitoreo se realiza a través de la implementación de un sistema de observación geodésico, compuesto por puntos de estación y puntos objetivo. Los puntos de estación, desde donde se observan los puntos de destino, se realizan con una Estación Total basada en trípode, siempre estacionada en los mismos puntos (materializados en un lugar fuera de la influencia de la obra). Los puntos objetivo, es decir, los puntos a observar, pueden ser, por ejemplo dianas de lectura.

Comparando la posición de los puntos obtenidos en diferentes momentos, se pueden calcular los desplazamientos ocurridos durante ese período. Estos desplazamientos deben estar dentro de unos límites preestablecidos, nunca superando los criterios de alarma para evitar catástrofes.